EvAU Historia. Tema 31: La Restauración Borbónica (1874-1902): Los nacionalismos y el movimiento obrero
En el tema 31 vamos a trabajar los nacionalismos y los movimientos opositores al Gobierno, incluyendo al movimiento obrero.
1. Los carlistas
Se oponían al regreso de los Borbones. Preferían una monarquía más tradicionalista. Este grupo era cada vez menos numeroso y estaba menos cohesionado, pero seguía existiendo.
Algunas figuras importantes fueron Ramón Cabrera y Cándido Nocedal, Jefe Delegado del Partido Carlista.
2. Los republicanos
No apoyaban a Alfonso XII pero, tras el fracaso del Sexenio, eran poco numerosos. Aun así, consiguieron influir en algunas reformas de Sagasta.
Tampoco serán un grupo cohesionado, puesto que la multitud de corrientes se traducirán en multitud de partidos. Por ejemplo: El Partido Posibilista de Emilio Castelar, que abogaba por un Estado centralizado y unitario; El Federal de Pi i Margall y Estanislao Figueras, partidarios de un Estado federal y de hacer reformas sociales; La Unión Republicana de Nicolás Salmerón y de Alejandro Lerroux, que pretendían unir a los republicanos y restaurar la Constitución de 1869; y el Partido Progresista de Ruiz Zorrilla, que apostaba por acciones violentas y la desobediencia.
3. El movimiento obrero
Ejercían una oposición fuerte al sistema, y adquirirán su estructura durante el Sexenio, gracias a la aparición de sindicatos y organizaciones obreras.
Sus orígenes en España se pueden retrotraer a la 1ª huelga general (1855) o al surgimiento de las Sociedades de Socorros Mutuos, en los años 20 y 30 del siglo XIX.
A nivel internacional, aparece la I Internacional o AIT (1864), en la que se producirá una fuerte división de opiniones, tras la Comuna de París (1871). De esta división nacerán 2 corrientes: los socialistas de Marx y los anarquistas de Bakunin. Ambas llegarán a España.
a. Anarquismo
Se verá influenciado por Guiseppe Fanelli y tendrá una gran extensión en el mundo rural. Sus organizaciones serán la AIT y la CNT (1910), y de gran importancia será el Congreso de Zaragoza (1872).
Su éxito social estuvo motivado por el incumplimiento de promesas por parte de los liberales, especialmente durante el Sexenio Democrático, lo que favoreció el rechazo hacia el Estado.
El Gobierno, mediante el general Pavía, disolverá, en 1874, las asociaciones dependientes de la AIT, lo que provocará su clandestinidad hasta 1881, cuando sean legalizadas por Mateo Sagasta.
La Federación Regional Española de la AIT fue creada en 1870 y era partidaria de la acción pacífica, salvo que no hubiera otra salida. Tras su disolución, en 1881, tomó el relevo la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), que durará hasta 1888. A ellos se vinculó la Mano Negra, caracterizada por los atentados y la acción violenta.
Esta será reemplazada por la Organización Anarquista de la Región Española (O.A.R.E.), que nació en 1888 y fue disuelta en 1889.
¿Cómo afectó el debate comunismo-marxismo? Dentro del anarquismo, las ideas comunistas fueron teorizadas por Kropotkin en los años 70. Este anarquismo pronto se separó del clásico colectivista:
“Somos comunistas anárquicos y por consiguiente enemigos de la propiedad individual que los colectivistas determinan en el producto íntegro del trabajo de cada uno [...]. De la escuela colectivista nos separa el que santifica la propiedad individual que resulta del trabajo de cada uno”.
b. El socialismo
Tendrá, por su parte, a Paul Lafargue como figura clave. Su imagen se plasmará en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), creado por Pablo Iglesias en 1879; en la Unión General de Trabajadores (UGT), creada en 1888; y en El Socialista, fundado en 1886 como el periódico oficial del partido.
Este PSOE tenía ideología marxista y objetivos como la transformación de los medios de producción privados en colectivos, la abolición de las clases sociales, el sufragio universal y la creación de una nueva sociedad cuya base fuera el trabajo obrero.
El socialismo se implantará a través de Extremadura, Castilla la Mancha y Madrid, y se extenderá por otras zonas industrializadas (País Vasco, Asturias y Valencia) tras el fin de la clandestinidad. Su éxito se puede apreciar en ya en 1910, cuando Pablo Iglesias conseguirá el primer Diputado para el PSOE.
4. Los nacionalismos y regionalismos
Surgen como respuesta al centralismo del Estado. Las élites liberales crearon un modelo de estado uniformista, basado en la unidad nacional y en la organización centralizada del Estado. Un ejemplo es la aparición de las primeras Historias Generales de España, que defendían la cohesión peninsular a lo largo del tiempo, a pesar de su diferente recorrido histórico.
Sin embargo, la carencia de vías de comunicación hacía que las regiones o comarcas estuvieran muy aisladas unas de otras, impidiendo su cohesión real e integración grupal. Por ello, la burguesía comenzó a organizarse para velar por sus intereses regionales, y no a nivel nacional.
a. Nacionalismo catalán
Será un movimiento político y cultural que surgirá en torno a la llamada Renaixença, a la burguesía industrial catalana y a la conciencia federalista. La Renaixença fue un movimiento cultural creado por un grupo de intelectuales románticos que defendían el uso de la lengua catalana.
Todo este catalanismo se llevará a la política mediante gente como José Torras y Bages (autor de "La tradició catalana"), Valentí Almirall (autor de "Lo catalanisme") y Prat de la Riba (que publicó el "Compendi de la doctrina nacionalista" en 1896). Lo que se traducirá en la fundación del del Centre Catalá (1882), la Lliga de Cataluña (1887), la Unió Catalanista (1891), en las Bases de Manresa (1892) y en la publicación de la doctrina nacionalista catalana (1896).
Así, por ejemplo, Almirall defenderá el federalismo como la formula para unificar a las burguesías. También defendía la necesidad de respetar las costumbres tradicionales, las marcas forales y las divisiones naturales, frene a las provincias “artificiales” de Javier de Burgos.
b. Nacionalismo vasco
Surgió por la pérdida de sus fueros (1876) y de algunos conciertos económicos con Madrid, así como defensa de la cultura vasca y su mundo rural. La industrialización y la inmigración fueron señaladas como la causa de la pérdida de los valores tradicionales.
El Gran impulsor de este movimiento fue Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV), de la Ikurriña y del concepto “Euskadi”. Su ideología se basó en la raza, cultura y lengua vasca.
Sabino Arana pretendía recuperar la plena soberanía y los fueros. “Dios y Ley Vieja” fue su lema. La creación del PNV trajo el enfrentamiento entre aquellos que pretendían la independencia y aquellos que, simplemente, querían la autonomía. De este enfrentamiento saldrá victoriosa la burguesía autonomista, que desde entonces dominará el partido.
c. El regionalismo gallego
Fracasó en su intento de construir una fuerza política homogénea y se basó en la defensa de lo gallego (historia, lengua, cultura, raza… El Rexurdiemiento) y la descentralización.
Algunos de sus ideólogos fueron Manuel Murguía, Alfredo Bañas y Aureliano Pereira. Y sus organizaciones fueron la Liga Regionalista Gallega (1890) y las Irmandades da Fala (1916)
d. El regionalismo andaluz
Su origen estuvo en los levantamientos cantonales de 1873 y su principal representante fue Blas Infante. Defendían la Constitución Federalista Andaluza, con una Andalucía libre y autónoma, pero no lograron consolidarse como partido político.
e. Otros
Otros grupos a citar son el regionalismo de Valencia y el movimiento obrero femenino.
La integración de las mujeres en el mundo laboral industrial fue relativamente temprano. A mediados de siglo, se estima que el 40% de los trabajadores de la industria textil eran mujeres que, sin embargo, cobraban un 50 o 60% menos que los hombres.
En los años 80 ya se verán algunas huelgas en los talleres de tejidos de Igualada, en Barcelona. Más tarde, se fundó una Federación de Obreras y Teresa Claramunt creó la revista anarcosindicalista "El Productor" (1900).
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