El gran incendio de Roma. ¿Nerón fue el culpable?

En el año 64 d. C. se declaró un importante incendio en Roma. Hoy vamos a ver cómo se originó, cuáles fueron sus consecuencias y quiénes pudieron ser los responsables.



Corría el año 64 d.C. y el Imperio Romano era gobernado por el emperador Nerón. Su mandato no pasaba por la mejor de las épocas, y es que su política se caracterizó por la inestabilidad y a ello se sumó el descontento de la población por la situación económica.

De pronto, en la noche de un 18 de julio, el cielo comenzó a llenarse de un espeso humo. ¡Fuego! gritaba la muchedumbre. Un poderoso incendio se había desatado en los alrededores del Circus Maximus.


Lo que podría haber quedado en una anécdota de una mala noche, se convirtió en una pesadilla debido a la velocidad y virulencia del viento y a la suciedad que plagaba los suelos de la capital del Imperio. A ello había que sumar la presencia de madera y telas por todas partes, desde tejados hasta mercados.

El fuego se convirtió en una fuerza imparable, un incendio que duró 7 noches y 6 días hasta por fin ser extinguido. Sin embargo, un segundo incendio se declaró en el Campo de Marte y durará otros 2 días.


¿Cuáles fueron los resultados de estos incendios?

Saber con certeza las consecuencias de estos incendios es algo, cuanto menos, improbable debido a la lejanía en el tiempo del suceso. Las fuentes de las que obtener datos son escasas, imprecisas e incluso contradictorias.

Vamos a ver algunos ejemplos de autores que han hecho sus estimaciones:

  • Tácito: "Dividíase la ciudad de Roma en 14 regiones (barrios); de las cuales, solas 4 quedaron enteras, 3 asoladas del todo, y en las otras 7 poquísimas casas, y ésas sin techos y medio abrasadas".
  • Dion Casio: "El desastre experimentado entonces por la ciudad no tuvo paralelo antes ni después [...] Casi 2/3 de la ciudad resultaron incendiados, perecieron incontables personas".
  • Suetonio: "Además de gran número de casas particulares, el fuego consumió las moradas de los antiguos generales, los templos consagrados a los dioses [...] todo, en fin, lo que la antigüedad había dejado".


Entonces ¿Cuáles fueron las causas?

La ausencia de fuentes fiables y las contradicciones de otras nos llevan a hablar de 4 posibles causas:

  1. El incendio se provocó fortuitamente y, debido al viento, la sequedad en el ambiente y la gran cantidad de suciedad y de madera que poblaba las calles de Roma, se expandió con gran velocidad. Al respecto de esta alternativa, se sabe que es cierto que en esos días había un clima seco y con grandes rachas de viento en la ciudad.
  2. El incendio fue provocado por Nerón, el emperador romano, quien tenía delirios de grandeza y quería reconstruir desde cero la ciudad de Roma, para hacerla a su imagen y semejanza. Sobre esta posibilidad, se sabe con certeza que el Emperador no se encontraba en la ciudad cuando se produjeron los acontecimientos; sin embargo, pese a que algunos autores han utilizado este argumento para desechar esta idea, estar lejos no le exime de haber mandado a otros quemar la ciudad.
  3. Cayo Pisón y sus colaboradores, que querían matar a Nerón por ser contrarios a sus opiniones políticas y forma de gobernar, iniciaron el incendio para lograr que el pueblo se echase encima del Emperador.
  4. Los responsables fueron los Cristianos, que querían vengarse por el trato recibido y convencer al mundo de que su religión era la correcta.

Como decimos, no hay certezas sobre cuál de estas opciones es la correcta. Todas tienen puntos a favor y en contra.

Lo que sí podemos decir es que Nerón culpó a los Cristianos e inició una gran persecución y represión contra ellos; sin embargo, el pueblo romano responsabilizó al propio Nerón, que pasó a la historia como el gran responsable del incidente, sin pruebas que lo demostrasen.

Lo único seguro es que Nerón reaccionó tan pronto como tuvo noticias del incendio y movilizó a las tropas para ayudar a extinguirlo. Además, se sabe que, una vez apagado el fuego, se construyó un gran palacio denominado la Domus Aurea. Este lujoso palacio llegó a ocupar 50 hectáreas y estuvo lleno de oro y riquezas.


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