¿Quiénes fueron los comuneros? 500 años de la Guerra de las Comunidades
Hoy, aprovechando que se cumplen 500 años del inicio de su revuelta, veremos quiénes fueron los comuneros, protagonistas de uno de los episodios más populares en la historia de España.
El siglo XVI se inició con el fin de Isabel y Fernando, los
Reyes Católicos. Este matrimonio había tenido 3 hijos, pero los 2 primeros ya
habían muerto, así que la heredera de Castilla y Aragón era Juana.
Isabel I, Reina de Castilla, murió en 1504, dejando el trono
a Juana. Ella era una joven que vivía en los Países Bajos y estaba
casada con un flamenco, Felipe de Habsburgo, más conocido como “el Hermoso”.
Este matrimonio no funcionaba bien. Felipe engañaba a su
mujer y esta se lo tomaba bastante mal. Se dice su mal humor y su escepticismo
en temas religiosos la valieron una mala reputación, y el sobrenombre con el
que hoy se la conoce, “la Loca”.
Felipe consiguió que Juana fuera inhabilitada y encerrada,
por su padre, en un monasterio de Tordesillas, quedando él como Rey regente. Sin embargo, sólo un año después falleció.
Tras una breve regencia del cardenal Cisneros, Fernando el
Católico asumió el trono hasta su muerte, en 1516.
En este momento, la heredera al trono era ahora Juana, pero, como seguía
encerrada e ignorada, Carlos I reclamará el trono.
La llegada de Carlos, hijo del matrimonio de Juana con
Felipe, no generó muchas simpatías. Era un adolescente de 16 años, que no
hablaba español y que llegaba rodeado de flamencos que pretendían apartar del
poder a la nobleza castellana.
Una de las máximas ambiciones de Carlos era coronarse
emperador, título que había quedado vacante tras la muerte de su abuelo,
Maximiliano.
En medio de una profunda crisis económica castellana y del
miedo popular a que la lana flamenca arruinase la industria textil local, Carlos
pidió dinero a las Cortes. A sabiendas de que estas se negarían a dárselo, para obtenerlo sobornó a algunos de sus
miembros.
Al conocerse esto, en 1520, los tumultos empezaron a
producirse por toda la meseta castellana. El pueblo estaba indignado con sus
representantes y con el Rey.
El representante de Segovia en las Cortes fue linchado por sus propios
ciudadanos, él era uno de los que habían apoyado al Rey.
En junio de 1520, en Toledo, se formó la primera Junta Comunera,
cuya intención era forzar al Rey a abdicar en su madre, Juana, que consideraban la Reina legítima.
Este movimiento popular fue apoyado por la nobleza
castellana, que se sentía marginada y quería recuperar el poder.
El Rey respondió a lo ocurrido en Segovia con tropas, a lo
que la nobleza y el pueblo respondieron con milicias. La tensión se incrementaba.
La dureza de los soldados en los diferentes focos de
conflicto provocó aún más revueltas. Incluso grandes ciudades como Valladolid
se sumaron.
Las tropas de las comunidades, llamadas comuneros, avanzaron
hasta Tordesillas y le contaron su plan a la Reina. Ellos esperaban su apoyo,
cosa que nunca llegó. Ella se negaba a apoyar una conspiración contra su propio hijo.
En ese momento, los comuneros tenían un problema: no había
una alternativa al trono. ¿Qué ocurriría si ganaban la partida a Carlos I?
A esto se sumó la pérdida del apoyo de la nobleza, como resultado
de los excesos cometidos por los rebeldes en los señoríos de Burgos y Palencia.
El movimiento de los comuneros, sin los recursos de la
nobleza ni el apoyo de Juana, estaba abocado al fracaso.
El golpe definitivo llegará tras un mal movimiento
estratégico, por el que los comuneros perdieron Tordesillas, y con ello el
contacto con la Reina.
Tras reorganizarse en Valladolid y dar batalla en varios
puntos de la zona, fueron finalmente derrotados en la batalla de Villalar, el
23 de abril de 1521.
Las revueltas y el movimiento comunero prosiguieron un par de
meses, pero su importancia fue escasa y su organización nula. Los líderes del movimiento (Bravo, Padilla y Maldonado)
habían sido capturados y ejecutados en Villalar, el 24 de abril.
Finalmente, en 1522, Toledo se rendirá, y con ello se dará
por finalizada la revuelta.
Consecuencias:
La primera de las consecuencias fue que Juana “la Loca” vivió el resto de su vida encerrada. Jamás consiguió salir de su prisión hasta su muerte, en 1555, tras pasar 46 años encerrada.
En segundo lugar, Carlos I debía hacer frente a la gente que se había sublevado. ¿Cómo debía responder? Finalmente, decidió ejecutar a los líderes y publicar un Perdón General para el resto de la población. No obstante, pese a ese Perdón General, las ciudades
rebeldes tuvieron que pagar indemnizaciones.
Carlos I fue excomulgado por el Papa debido, precisamente, a la ejecución de uno de los líderes de la revolución: el arzobispo de
Toledo. Sin embargo, un año después será readmitido en la fe.
Por último, pero no menos importante, el Rey demostró su fuerza y poder ante la nobleza, que confirmará su alejamiento del poder y aceptará una vida palaciega a la sombra del Rey. Lejos quedaba aquella época, en pleno medievo, en la que la nobleza competía con el Rey por el poder.
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