EvAU Historia. Tema 34: La revolución industrial en la España del siglo XIX. El sistema de comunicaciones. Proteccionismo y librecambismo

En este tema trabajaremos la llegada de la revolución industrial, la mejoría del sistema de comunicaciones mediante el ferrocarril, las diferencias entre el proteccionismo y el librecambismo y la aparición del sistema bancario moderno.


1. Introducción

La Revolución Industrial española, a diferencia de la europea, se caracterizó por sus limitaciones y su retraso. Algunas causas fueron:

  • La inestabilidad política que vivió España a lo largo del siglo XIX.
  • La escasa inversión estatal en la industria. Una inversión que, además, se concentrará en pocos lugares.
  • La baja productividad y rendimiento del mundo agrícola. Pese a los intentos, no habrá una revolución agraria importante
  • El lento progreso del ferrocarril y las líneas de comunicación
Esta Revolución se inició en los 30, despegó en la década moderada (1844-1854), se estancó de los 60 y creció lenta pero constantemente desde 1869.

2. ¿Proteccionismo o librecambismo?

Proteccionismo es la defensa de la producción nacional frente a la exterior. Se consigue estableciendo altos impuestos aduaneros o aranceles.

El librecambismo es la libertad de los intercambios, y se caracteriza por los bajos aranceles.

Progresistas, liberales y demócratas defendían el librecambismo. Los conservadores, la burguesía y el sector industrial catalán apoyaban el proteccionismo.

En la política española fue habitual un nivel alto de proteccionismo. Por ejemplo, en 1820, los liberales progresistas establecieron un sistema arancelario muy restrictivo, que suavizarán los progresistas en 1840. En 1868, Laureano Figuerola estableció un nuevo arancel que pretendía abrir la economía española. Otro arancel proteccionista llegó en 1891, de la mano de Cánovas del Castillo.

3. La Revolución en el Reinado de Isabel II

El lento proceso de industrialización estuvo localizado en Cataluña y la costa cantábrica.

3.1 Industria textil

La catalana fue la más potente del país, alcanzando el 90% de la producción española en 1860. Esto se debió a varios factores:

  1. Cataluña estaba caracterizada por los altos aranceles, tener importantes recursos agrícolas y un buen modelo de producción para el campesinado.
  2. Durante este período se ve la sustitución de la industria lanera por la algodonera, acompañada por fuertes medidas proteccionistas que impedían la llegada del algodón extranjero.
  3. No menos importante fue la introducción de la máquina de vapor desde los años 30, que aumentaba la producción y abarataba costes.

Su gran problema fue la necesidad de importar la materia prima, dado que carecían del suficiente algodón y carbón para satisfacer a su industria. Otras zonas con una fuerte industria textil algodonera fueron Málaga y Sevilla.

3.2 La siderurgia

Entre 1830 y 1850 se centró en Andalucía, especialmente en Málaga, donde aparecieron los primeros altos hornos españoles ya en esos años 30.

El problema de la siderurgia andaluza era la escasez de carbón, lo que obligaba a importarlo aumentando los costes considerablemente. Precisamente gracias a la presencia de grandes yacimientos de carbón, Asturias pasó a ser el motor central de la siderurgia desde mediados del XIX.

A partir de 1880, Vizcaya se convirtió en el centro de esta industria gracias al hierro (mineral que intercambiaban por carbón con Gran Bretaña), los nuevos métodos (como el de Bessener) y algunas leyes (como la de Figuerola). Así, de Vizcaya salió capital suficiente para financiar el desarrollo de la industria vasca, lo que incluyó astilleros, cementeras, ferrocarriles...

3.3 La minería

Los principales yacimientos estaban en Andalucía. Huelva tenía minas de cobre, Jaén minas de plomo, Córdoba de carbón, Sevilla de hierro… El problema de la minería fue su dependencia del capital extranjero, especialmente a finales del XIX, que se tradujo en venta de minas, como la de Riotinto (Huelva).

4. La Revolución en el Sexenio Democrático

Se produce una apertura de la economía al mercado externo, lo que permitió la entrada de capital extranjero que invirtió en la industrialización. Esta apertura llegó gracias a leyes como la Arancelaria (1869), la de Sociedades Anónimas (1871) y la de Minas (1871).

5. La Revolución en la Restauración

Gracias a esa llegada de capital extranjero, la minería y la industria aumentaron su crecimiento entre 1875 y 1900. Sin embargo, las compañías internacionales aprovecharon la legislación para exportar los minerales a sus propios países a bajo precio. Esto afectaría al 90% del hierro, plomo, cobre y cinc.

El producto que se salvó de esta situación fue el carbón. Debido a su mala calidad no hubo gran inversión, por lo que quedó en manos españolas.

La industria textil catalana logró mecanizar y aumentar su producción. Los beneficios se reinvertirán en su industria, apareciendo así las primeras plantas hidráulicas.

6. El sector financiero

Su desarrollo fue largo. Fernando VII creó el Banco de San Fernando (1829) y de la Bolsa de Madrid (1831). En los años 50 llegaron la Ley de Bancos y Sociedades de Crédito (1856), y la aparición del Banco de España (1856), Banco de Santander (1857), BBVA (1857)…

En 1868, Laureano Figuerola (Ministro de Hacienda) introdujo la peseta y, en 1872, se creó Banco Hipotecario para hacer frente a los problemas financieros.

Los principales motores de la banca fueron el desarrollo de la industria vasca, que fomentó una burguesía fuerte, y la llegada de capital extranjero.

7. El ferrocarril

Fue un instrumento que favoreció el desarrollo del comercio interior, gracias a su velocidad y bajo coste. Apoyada por la Ley de Ferrocarriles (1855), la progresión se paralizó en los 60 por la crisis económica.

En los 70 se reactivó la construcción, con más de 200 kilómetros anuales. Las primeras vías se crearon gracias a la industria extranjera (Francia, Bélgica y Reino Unido); de hecho, la industria nacional no se asentará hasta finales de siglo, destacando la empresa del Norte y la MZA.

8. Consecuencias

Cataluña y el País Vasco se convirtieron en las zonas más industrializadas y prósperas de país, mientras que el resto quedó retrasado hasta el franquismo. Madrid se convierte en el centro administrativo y bancario del país, monopolizando las actividades del sector terciario.

Castilla fue la peor parada. A su escasa industrialización se sumará el retraso agrario, lo que se traducirá en problemas económicos.

Los principales sectores que la protagonizaron fueron el textil y el siderúrgico. Y los principales focos estuvieron en Cataluña, el País Vasco y la costa cantábrica. Diferencia entre librecambismo y proteccionismo (PPT de Andrea)


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Tema: 34
Título: La revolución industrial en la España del siglo XIX. El sistema de comunicaciones: el ferrocarril. Proteccionismo y librecambismo. La aparición de la banca moderna.
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